Crítica de La chica de nieve, la nueva serie policiaca de Netflix basada en la novela de Javier Castillo

Si hace poco os hablábamos de La novia gitana y tenemos la vista puesta en un horizonte próximo con la adaptación de Reina roja, no menos interesante resulta La chica de nieve, otro thriller policiaco basado, en esta ocasión, en el éxito de ventas de Javier Castillo, que llega a la plataforma Netflix el próximo 27 de enero con la firme voluntad de atrapar a incondicionales del género.

Comparativamente, esta ficción creada por Jesús Mesas y Javier Andrés Roig (Estoy vivo) es quizás una obra menos turbia y más descorazonadora, pero es indudable que también cuenta con numerosos paralelismos con las demás tanto argumentales como de estilo. Dirigen los episodios David Ulloa (La caza. Monteperdido) y Laura Alvea (Ánimas).

Atípica Films (responsable de películas como Modelo 77 y series como Las de la última fila) produce este thriller dramático de seis episodios protagonizado por Milena Smit (No matarás), Jose Coronado (El inocente), Aixa Villagrán (Vida perfecta,), Tristán Ulloa (Fariña), Loreto Mauleón (Patria), Julián Villagrán (Nasdrovia), Raúl Prieto (Antidisturbios) y Cecilia Freire (Velvet), entre otros. 

La chica de nieve nos traslada a Málaga, a la famosa cabalgata del día de los Reyes Magos, un momento en el que la multitud se agolpa en la calle y en el que la tragedia se cierne sobre un matrimonio que pierde a su hija, la pequeña Amaya en un momento de descuido que marca un antes y un después en sus vidas.

La inspectora Millán lidera a partir de ese momento una investigación que pronto entra en punto muerto en la medida en la que no tiene pistas de las que tirar. Será Miren, una periodista en prácticas en el diario Sur, quien con ayuda de su profesor Eduardo vaya desentrañado lo que le ha sucedido a Amaya gracias a su tenacidad y su implicación personal con las personas a las que entrevista.

El caso dará un vuelco cuando, transcurridos años desde la desaparición de la niña, reciban una cinta de vídeo en la que se ve a una joven en una habitación. ¿Es una prueba de vida? ¿Buscan chantajear a sus padres? ¿Se trata realmente de Amaya? Ambos se aferran a la esperanza de recuperar a su hija mientras que Miren lucha con sus propios fantasmas.

Desarrollándose en distintos planos temporales, la serie nos lleva por el terreno de las pesadillas para descubrir la cara B de la sociedad: los entresijos de las redes de explotación infantil, la trata de personas y los agujeros por los que se escapan las personas más inquietantes y dañinas. Encontrar similitudes con casos reales y documentados no es difícil, lo que pone los pelos de punta.

Al desarrollarse en el largo plazo, además, ahonda en el dolor de unos padres que no consiguen nunca pasar página y que viven anclados en un dolor similar al de las víctimas de abusos sexuales que no consiguen identificar a sus agresores. La serie traza muchos puntos en común entre ambas desgracias, lo que le da una implicación personal al personaje de Miren para no tirar la toalla.

La chica de nieve cuenta con buenos valores de producción: una fotografía más que decente, buenas interpretaciones y un misterio que ahonda en el dolor familiar. El sello de las historias de Javier Castillo se deja notar. De hecho, si bien no ha intervenido en la escritura de los guiones directamente sí que ha tenido ocasión de supervisarlos y de aportar su punto de vista.

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Sin embargo, la miniserie tiende a dar demasiadas vueltas sobre sí misma, con algunos momentos repetitivos y pistas falsas que sabemos que no llegarán a ninguna parte por el mero hecho de salir a la luz demasiado pronto. Repite la misma estrategia en varias ocasiones, jugando al despiste de forma algo torpe.

También tiene problemas de ritmo: se precipita en el quinto episodio desvelando prácticamente toda la información relevante para el caso y descubriendo el meollo de lo sucedido. Esto deja cierta sensación de anticlímax en el desenlace en el que queda apuntado un nuevo cabo del que tirar. ¿Significa esto que habrá una segunda temporada? ¿No se trataba de una miniserie cerrada?

Desde luego los personajes interpretados por Milena Smit y Jose Coronado bien merecen un segundo round para seguir explorando la pista que llega a sus manos en el último momento, pero de momento no tenemos más información.