Somos irracionales por naturaleza... pero de forma predecible. Si hace apenas unas horas os hablábamos del thriller The Endgame, ahora le toca el turno a The Irrational, otra serie policiaca pero de carácter procedimental, que ha estrenado FOX esta misma semana... y que NBC ha renovado por una segunda temporada, por cierto.

Toma como punto de partida el libro de Dan Ariely Predictably Irrational que viene a dinamitar la idea de que nuestra toma de decisiones proviene del pensamiento racional, sopesando pros y contras y buscando siempre optimizar nuestras resoluciones.

Por el contrario, el escritor nos demuestra que, a pesar de que incluso podemos llegar a incorporar grandes cambios a nuestras vidas, a menudo lo hacemos después de procrastrinar, envalentonarnos o autoengañarnos.

Entran en juego el instinto, el riesgo, los errores de cálculo y la visceralidad que asimismo pueden desembocar en un cóctel peligroso y situaciones conflictivas.

The Irrational es un curso acelerado de psicología aplicada... a la resolución de crímenes. ¿Por qué alguien decide llevar a cabo un secuestro? ¿Cuáles son las motivaciones personales y los gatillos que activan a un supuesto suicida? ¿Hasta qué punto somos manipulables cuando se proyecta ante nosotros un escenario improbable de hechos en los que no queremos vernos involucrados?

Aunque la forma de la serie no sea particularmente atractiva, puesto que tira de la fórmula de un caso relevante por episodio que se resuelve deprisa y corriendo en los últimos impáses de la narración (una variación más de El mentalista o CSI), sí que cuenta con el gancho de ir desarrollando las teorías del psicólogo conductual protagonista, Alec Mercer (interpretado por Jesse L. Martin).

El tipo es un piscacharcos profesional que acaba siendo fichado para ayudar a resolver casos en los que la capacidad de manipulación es crítica. Él sabe bien cómo funcionan nuestras mentes y tiene la capacidad de darle incluso un nombre a cada uno de los fenómenos que experimentamos: desde la creación de falsos recuerdos hasta la generación de expectativas.

Adicionalmente, Mercer está en un aprieto bien grande puesto que tiene un pasado repleto de misterios. Perdió a su familia en un atentado que le llevó a una laguna de memoria provocada por el shock y está obsesionado con la idea de que pudo ver algo significativo para el caso... pero han pasado veinte años y parece difícil avanzar por ese camino.

Su cruzada personal va a llevarlo a tratar de averiguar toda la verdad mientras que las fuerzas de seguridad explotan su talento para comprender a personas que, en apariencia, han actuado de forma irracional hasta meterse en líos y poner vidas en peligro, pero que en realidad no están más que dejándose llevar por decisiones equivocadas que él sabe rastrear.

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La gracia de The Irrational no está ni en ir descubriendo el fondo de cada caso semanal (algo predecibles) ni en esa trama más general que va desarrollando al personaje principal, sino en la forma en la que la serie nos planta un espejo delante y nos recuerda cómo somos.

Porque los comportamientos que se describen, a fin de cuentas, son universales y podemos reconocernos con facilidad en ellos: quién sabe, lo mismo si conseguimos conocernos aunque solo sea un poquito mejor a nosotros mismos podemos llegar a ser menos ingenuos, más honestos y hasta algo más justos con los demás.

Por lo demás es una serie sencilla, que no hace grandes alardes de efectos especiales ni requiere de un oneroso presupuesto. Su fortaleza está en las líneas de diálogo del protagonista y en la agudeza de sus apreciaciones.

Suele ser lo habitual... pero en este caso particularmente recomendable el visionado en versión original para sacarle todo el jugo al humor negro de la serie.

Es ligerita (los episodios rondan los 40 minutos) y tiene margen de mejora, pero cuenta con suficientes alicientes como para ir viéndola tranquilamente semana a semana. Quienes sigan la emisión lineal, encontrarán un nuevo episodio cada lunes a las 22 en FOX y como siempre, los operadores como Movistar Plus+ la ofrecen on demand.