¿Cambiará realmente nuestra forma de ver el cine con las Apple Vision Pro? De la gran pantalla a la realidad aumentada
Apple quiere llevar la realidad aumentada al nuevo nivel, lo que se expande al mundo del cine y la televisión. ¿Puede Vision Pro ser la base para el próximo salto de la experiencia cinematográfica?
Ayer, Apple presentó oficialmente su ambicioso dispositivo de AR/VR mixta, Vision Pro, un nuevo juguete con el que la compañía de la manzana mordida espera revolucionar el mercado de la realidad aumentada.
La presentación del dispositivo estuvo repleta de información y utilidades de lo que Vision Pro puede ofrecer, incluido su descomunal precio de 3.499 dólares. Podéis encontrar toda la información recopilada del dispositivo en nuestro reportaje sobre lo nuevo de Apple.
Pero hoy, vais a permitir que me centre en uno de los aspectos destacados de estas potentes gafas que esperan llevar a experiencia cinematográfica al siguiente nivel. Uno de los puntos fuertes de Vision Pro es el de "convertir tu entorno en tu propia sala de cine".
Las posibilidades de Vision Pro en el terreno de la experiencia cinematográfica son evidentes, y más en la era del streaming que nos permite disfrutar de ingentes catálogos donde y cuando queramos. Y es que Apple ha hecho mucho hincapié en las posibilidades de Vision Pro fuera de casa.
Las nuevas gafas de realidad aumentada ya no serán cosa "del hogar", sino que buscan que las llevemos en nuestras salidas al más puro estilo Ready Player One. Aquí empiezan los posibles problemas.
Voy a repasar algunas de las pegas que, en este momento, tiene Vision Pro de cara a esa experiencia cinematográfica y exterior que promete Apple. Todo puede cambiar en el futuro, claro.
La batería: una tarea pendiente
Vision Pro disfruta de una batería de dos horas de autonomía, algo insuficiente para ver algunas de las películas que la propia Apple ha usado para promocionar el filme.
La presentación incluyó metraje de Avatar: El sentido del agua —más de tres horas—, Todo a la vez en todas partes —2 horas y 20 minutos— y Napoleón —que probablemente ronde o supere esas 2 horas—.
Si no dispones de una batería adicional o conexión eléctrica, se antoja complicado que puedas disfrutar fuera de casa de algunas de las películas más ambiciosas que se presumen perfectas para disfrutar de la experiencia de realidad aumentada de Vision Pro.
Hay otras muchas cosas que sí podremos ver, claro, pero la batería se queda, como hemos dicho, en el cajón de cosas pendientes a mejorar en Vision Pro desde la perspectiva de combinar esa experiencia cinematográfica con ver películas donde queramos.
Necesidad de contenido y adaptación
Esto nos lleva al siguiente problema que se puede encontrar Apple para sacar partido a las Vision Pro: este tipo de dispositivos necesitan películas y series producidas, casi expresamente, para ellos.
Cierto es que Apple ya está metiendo cabeza en la industria cinematográfica con películas como Killers of the Flower Moon, de Martin Scorsese, o la ya citada Napoleón de Ridley Scott.
El servicio de streaming de la compañía, Apple TV+, también disfruta de algunas series punteras muy prometedoras para ser vistas en realidad aumentada, como Fundación.
Vision Pro necesitará contenido, y no solo de Apple, creado expresamente para ser disfrutado en realidad aumentada. Si la industria no pone en marcha esfuerzos generales para alimentar este tipo de dispositivos —ya no Vision Pro, sino cualquier AR/VR serio—, los avances serán escasos y lentos.
También está la gran duda de cómo funcionará este dispositivo con producciones más antiguas. Está claro que el punto fuerte de Vision Pro es una resolución maravillosa con esos 23 millones de píxeles que podremos ajustar a nuestra visión.
¿Cómo afecta si, por ejemplo, quiero ver Los violentos de Kelly o Lawrence de Arabia? Lo más probable es que la industria también tenga que pasar por el aro de los ajustes para satisfacer la demanda.
Esto es una pega, por lo engorroso que es, no porque el sector no esté más que acostumbrado a actualizar los clásicos —y a veces a destrozarlos con nuevos doblajes—.
A la propia industria cinematográfica le pasó con el 3D tras el estreno de Avatar, y no salió especialmente bien. La realidad aumentada haría bien de aprender de los errores del pasado y no dedicarse a hacer adaptaciones
Muchas posibilidades, pero un largo camino por recorrer
La tecnología AR/VR no es nueva, pero aún le cuesta romper la barrera para resultar lo suficientemente atractiva para el gran público, y precios como esos 3.499 dólares no ayudan a acercarla a la gente.
Ya sucede con otros sistemas similares con precios muy inferiores, pero Apple utilizará su fidelización para hacer que sus clientes abracen esta tecnología. La jugada funciona con cada iPhone que sale al mercado, por lo que puede salirles bien con sus clientes más leales.
Pero esta tecnología, si quiere crecer, va a necesitar que más gente se pase a la realidad aumentada, y eso siempre cuesta. No hablamos de un cambio de DVD a Blu-Ray, la AR cambia radicalmente la forma de percibir una película, serie o lo que estemos haciendo con las Vision Pro.
Temas que dejo en el aire porque aún faltan muchas especificaciones son, por ejemplo, cómo reaccionan los sensores ópticos al movimiento ocular cuando se llevan gafas y los sistemas de accesibilidad con los que, entiendo, contará el dispositivo.
No me entendáis mal, me llama muchísimo la atención Apple Vision Pro y lo que puede suponer para el sector audiovisual, aunque puede que no sea este, sino uno de sus herederos o competidores, el que constate definitivamente el salto tecnológico.
Apple va por buen camino en esta rama y Vision Pro apunta a ser el siguiente paso en esa carrera tecnológica. Si los estudios de cine, los laboratorios de fotografía y las tecnológicas, en general, apuestan por este futuro, puede que la realidad aumentada dé su siguiente paso en el mundo del cine. Cruzaremos los dedos y veremos.
Descubre más sobre Javier Cazallas, autor/a de este artículo.
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