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Perder los papeles y ganar el Oscar: noche de emociones para Will Smith en una gala llena de incoherencias

Will Smith golpea a Chris Rock en los Óscars 2022

¿Ha sido la gala de los Oscar 2022 la más loca hasta la fecha? Probablemente sí, a tenor del guantazo que Will Smith le ha propinado a Chris Rock y del fallo de la Academia en las categorías principales...

Hay un montón de hitos que señalar en la gala de los Oscar de 2022: es la primera vez que se recorta el espacio de ciertas categorías, se le ha dado reconocimiento a las películas más populares (con una más que dudosa forma de votar a través de Twitter que ha encumbrado a Ejército de los muertos) y se ha vivido una tensa contrarreloj por posicionar las películas antes de la entrega de premios. 

Pero también hay mucho que señalar sobre las propias ganadoras: Apple TV ha sido la plataforma cuya película, CODA, se alza por vez primera con la estatuilla a Mejor Película (a pesar de las 12 nominaciones de El poder del perro, que venía avalada por el sello de Netflix como ya ocurriera en años anteriores con Roma o El irlandés, que también se quedaron a las puertas de hacerse con el galardón).

La incoherencia ha sido la tónica general: Jane Campion ha sido reconocida como la mejor directora del año, pero ninguno de los intérpretes de su película se han llevado el premio: ni Benedict Cumberbatch, ni Kirsten Dunst, ni Jesse Plemons, ni Kodi Smit-McPhee... Nominados los cuatro y con razón por sus papelones.

Flee, que hacía historia en las nominaciones conjugando tres que nunca antes habían coincidido como son mejor documental, película de animación y película internacional, se ha ido de vacío y la más galardonada, Dune, ha sido la gran vencedora pero por la puerta de atrás: mejor diseño de producción, sonido, fotografía, montaje, BSO y efectos visuales.

Escandalosa, la no-nominación de Denis Villeneuve y escaso reconocimiento a West Side Story y Belfast. Éxito inesperado para un remake menor como CODA, que adaptaba el guión de La familia Bélier y se ha llevado los tres premios a los que optaba: mejor película, guión adaptado y actor de reparto, este por primera vez para un intérprete sordo, Troy Kótsur.

Sin embargo, el asunto que acapara los titulares es el guantazo que le ha propinado Will Smith a Chris Rock después de que éste hiciera una broma estúpida y fuera de lugar sobre Jada Pinkett Smith, la productora, escritora, actriz y esposa desde 1997 del ahora ganador del Oscar a la mejor interpretación masculina por El método Williams.

Si nos quedamos con el lado jocoso del asunto, lo mismo optamos por quitarle hierro y es más fácil de digerir... No es el primer exabrupto o situación fuera de lugar que vivimos en una gala de este tipo, en el que los nervios están a flor de piel y los límites del humor son tan resbaladizos. ¿Alguien recuerda las pullas de Seth MacFarlane a Harvey Weinstein en 2013? ¡Eso sí destapó algo grave!

En esta ocasión una ocurrencia absurda de Chris Rock antes de presentar la categoría de mejor documental ha sido el detonante de la situación: hizo referencia a La teniente O'Neil, la película de 1997 protagonizada por Demi Moore en la que aparecía rapándose el cabello.

Jada Pinkett Smith tiene diagnosticado un problema de alopecia que está provocando la caída de su cabello, así que ha sido una de esas "bromas sin gracia" que tensan el ambiente. Will Smith se ha levantado y le ha golpeado en la cara.

Chris Rock se ha quedado helado, claro está, mientras algunos sectores del público pensaban que era algo preparado. Risitas, incredulidad, silencio y el audio de la emisión cortado en Estados Unidos, no en los canales internacionales, que nos han permitido rescatar la secuencia completa.

Aun así, Rock ha atinado a decir todavía sonriente, “Will Smith acaba de pegarme” y, ante sus gritos, ha intentado proferir una explicación: "Ha sido un chiste de G.I. Jane, hombre" y como Smith solo repetía que dejara de hablar de su mujer ("Mantén el nombre de mi esposa fuera de tu puta boca"), ha decidido optar por ello y continuar: “Sí, lo voy a hacer”.

Guantazo de Will Smith a Chris Rock en Los Óscar

El caso es que no estaría de más poner las cosas en contexto y marcarnos un What if...? ¿Qué habría pasado si Will Smith se hubiera estado quieto con cara de póker y hubiera dejado pasar el momento de tensión con elegancia y saber estar?

Por más que la broma en cuestión no tuviera gracia y hubiera herido los sentimientos de Jada Pinkett Smith (ella de momento no ha reaccionado públicamente), a los dos segundos nadie la recordaría, mientras que a estas horas la noticia ya le ha dado varias vueltas al globo. No sabemos qué le habrá causado más bochorno a la afectada, si el chiste en sí o la conducta de su marido...

No solo por el golpe, a todas luces excesivo y fuera de lugar, como cualquier acto de violencia que no tiene como objetivo la defensa propia, sino por los gritos desde la butaca y el posterior discurso tras recoger el Oscar, errático y a medio camino entre las disculpas, las justificaciones y los agradecimientos.

Podemos decir que Will Smith se ha autoboicoteado el momento estelar con una conducta violenta, sobreprotectora, machista y bastante primitivaque va en contra de los propios valores de los que suele hacer gala en sus películas.

Éste es su discurso completo: "Richard Williams fue un acérrimo defensor de su familia. En este momento de mi vida estoy abrumado por lo que Dios me está pidiendo que haga y sea".

"He recibido la llamada de amar a la gente y proteger a la gente y ser un río para mi gente. Ya sé que para hacer lo que hacemos hay que ser capaces de sufrir insultos, que la gente diga cosas de ti, tienes que aguantar en este negocio y en este mundo del espectáculo que la gente te falte al respeto y tienes que sonreír y hacer como si no pasara nada", ha sentenciado.

"Denzel Washington me lo acaba de decir. 'Ojo: en el momento más importante de tu vida es cuando llama a la puerta el demonio'".

También ha agradecido a la familia Williams, en especial a Venus y Serena, haberle "encomendado su historia" y a continuación se ha centrado en la película: "Mis lágrimas no son por haber ganado el Oscar, son lágrimas por ser capaz de arrojar luz sobre todas las personas, todo el elenco de El método Williams".

Y continuaba así: "El arte imita a la vida y yo al final parecía el padre loco zumbado, pero el amor te hace hacer cosas increíbles. Sé que este momento es muy complicado para mí pero bueno, mi madre no quería venir porque estaba con su grupo de ganchillo".

La conclusión, desde luego, no tiene desperdicio: "Espero que la Academia me vuelva a invitar". De momento, parece ser que todo se arreglará sin pasar a mayores: la Academia ha emitido un comunicado condenando todo tipo de violencia y Rock no presentará cargos... pero hay dos claves en este asunto: ni Richard Williams fue un padre precisamente ejemplar ni la conducta de Smith lo ha sido tampoco.

Que precisamente los Oscar quieran ser ejemplo de corrección política y se encuentren este percal, es una de las grandes incongruencias de la gala de este año.

Justificar la violencia con amor y entrar en las dicotomías Dios-demonio, da más miedo que otra cosa: es como dejar la responsabilidad de tus actos en manos de terceros intangibles. Will Smith ha dejado para la Historia de la Academia uno de los momentos más bochornosos desde hace mucho tiempo. Tanto, que mejor será que hablemos de las películas, que es de lo que supone que iba esto de los Oscar.

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