Crítica de El internado: Las Cumbres temporada 3, que cierra de forma precipitada su trama en Prime Video

Desde el 7 de abril tenemos disponible en el catálogo de Prime Video la tercera temporada de El internado: Las Cumbres, el reinicio de la exitosa serie española de 2007 realizado por Laura Belloso, cocreadora de la serie original, y Asier Andueza, quien también participó en ella como guionista.

Esta temporada pone punto y final a las pesquisas de Amaia, Manu, Paul, Adele y el resto de protagonistas involucrados en las investigaciones de este internado que esconde mucho más de lo que parece.

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A diferencia de la temporada 2, en esta tercera temporada se realiza un salto temporal de tres meses después de los acontecimientos que tuvieron lugar en su último episodio con la muerte de Paz y la aparente muerte de León (aparente porque en estos episodios está vivito y coleando a pesar de que parecía que el disparo que recibió era mortal).

Aunque el caso de los asesinatos de las niñas quedó resuelto al matar a Pelayo, el profesor responsable de estos crímenes, Amaia está convencida de que esto no ha terminado todavía, por lo que sigue investigando por su cuenta dejando al margen a Paul y Manu.

Durante sus pesquisas se encuentra con Zoe, una joven que acaba de llegar como nueva alumna del internado y a la que le pide que intercambien sus ropas para poder colarse en el monasterio, ya que no resulta sospechoso si se hace pasar por uno de los alumnos que están realizando labores de mantenimiento y limpieza del centro.

Pero algo sucede y Amaia acaba desapareciendo sin dejar rastro, lo que provoca que la nueva alumna se vea envuelta en todo el complot de asesinatos y logias oscuras junto a los veteranos en el tema Manu y Paul. El trío tendrá que seguir los pasos de Amaia en los días previos a su desaparición para saber qué es lo que está pasando.

Por su parte, León e Inés / Alicia se disponen a localizar el resto de tomos del Draco Mosca para hallar la fórmula que les permita seguir viviendo eternamente sin perder sus recuerdos y retomar su relación.

Además, Adele trata de hacer todo lo posible por hacerse con las pruebas que incriminen a su tío y exoneren de todos los cargos a su madre, quien ahora se encuentra entre rejas.

Demasiadas casualidades para justificar el final de la historia

Si bien a lo largo de las dos primeras temporadas se han ido resolviendo unos cuantos misterios, todavía quedan varios frentes abiertos por cerrar. Quizás demasiados si tenemos en cuenta que esta es la última temporada de la serie.

Efectivamente, nuestras sospechas se hacen realidad cuando capítulo a capítulo contemplamos cómo se van cerrando de forma precipitada todas las tramas de El internado: Las Cumbres en su mayor parte por fruto de las casualidades y conveniencias del guion.

A esto hay que sumarle la ausencia de personajes importantes, en especial la de una de sus principales protagonistas, Amaia (Asia Ortega), quien apenas tiene presencia en los seis episodios de unos 50-55 minutos que duran cada uno.

Tampoco sabemos nada de Darío (Ramiro Blas), el dueño del internado y uno de los principales villanos de la serie que en esta temporada ha desaparecido sin dejar rastro y cuya explicación que da más adelante no tiene sentido alguno si tenemos en cuenta que al final de la temporada anterior recuperó de León el reloj que le fue arrebatado en el que contenía todas las pruebas que podían implicarle.

Y otros secundarios, pero igualmente importantes, como son los alumnos Eric y Julio, desaparecen del elenco y lo justifican diciendo que la dirección del centro se ha visto obligados a trasladarlos a otro internado perteneciente a la orden del monasterio debido a que sabían demasiado. ¿Entonces por qué no trasladar a Amaia, Paul y Manu, que están mucho más involucrados? No tiene mucho sentido.

Pero lo más grave de El internado: Las Cumbres temporada final no es la falta de personajes importantes, sino lo mal aprovechados que están el resto de protagonistas.

Muchos de ellos apenas hacen nada relevante salvo en determinados momentos, y los que deberían tener más peso se van de las ramas por tonterías y errores que a estas alturas no deberían cometer dado todo lo que han vivido previamente.

Tampoco ayuda el meter personajes nuevos en una temporada que da cierre a la serie, especialmente si le das el papel protagónico a una nueva incorporación como es Zoe (Lydia Pavón) ya que te dará igual lo que les pase a sabiendas de que es el final, centrando más tu atención en los personajes más veteranos.

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Imágenes El internado Las Cumbres temporada 3 (6 imágenes)

Vaya por delante que ciertas resoluciones están bien metidas, pero todo el proceso para llegar a esos puntos es demasiado precipitado y pedía a gritos que se prolongara un poco más en una temporada que encima ha reducido en dos su número de episodios con respecto a las temporadas previas.

Por desgracia, no es la primera vez que vemos cometer estos errores a series que arrancaron de forma magistral. Salvando las distancias, producciones como Perdidos o Juego de Tronos se precipitaron demasiado a la hora de llevar la trama a su desenlace cuando ya tenían sus últimos episodios contados. Pocos capítulos y demasiado que desarrollar es una mala combinación, se mire como se mire.

Al final, la sensación que nos deja el desenlace de El internado: Las Cumbres es un poco agridulce. Aunque tiene un final más o menos aceptable, la ejecución ha dejado mucho que desear. Si bien muchas veces se peca de estirar demasiado el chicle, en este caso Prime Video tendría que haber dejado un par de temporadas más para que la trama de la serie fluyera de forma más natural a su desenlace.