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El legendario creador de DOOM no da crédito ante la actual crisis de los videojuegos: "Nunca había visto nada parecido"

DOOM original

La industria del videojuego está en una crisis sin precedentes: John Romero, creador de DOOM, no da crédito y se solidariza con los afectados por los despidos.

Vivimos tiempos sin precedentes en la industria de los videojuegos. En unos años, y particularmente unos meses, en los que la cantidad, calidad y diversidad de videojuegos ha alcanzado nuevos máximos, la industria se está desmoronando.

¿Cómo es eso posible? ¿Un efecto rebote del crecimiento desmedido provocado tras la pandemia (que, con todas sus complicaciones, tuvo efectos positivos para la industria del entretenimiento en casa)? 

¿O simplemente malos empresarios cobrándose a a la ves los puestos de cientos de sus trabajadores por sus malas decisiones?

Electronic Arts

En los últimos dos meses, se estima que se han eliminado más de 8.000 puestos de trabajo en decenas de empresas de videojuegos. 4.000 en enero, otros 4.000 en febrero. Casi tantos como en 2023, en dos meses.

Solo esta semana, entre estudios grandes como Sony y EA y pequeños como Deck Nine o Supermassive, se contarían por miles.

"He estado en la industria de los videojuegos desde que era niño y nunca había visto algo como lo que estamos viendo ahora", ha dicho John Romero, conocido desarrollador creador de DOOM o Quake en id Software.

"Para muchos de nosotros, ser desarrollador de juegos no es solo un trabajo, sino una identidad, comunidad y cultura. Lo siento mucho por todos los que han perdido sus trabajos."

Romero, que comenzó muy joven en la industria como un incipiente programador para Apple II en los 80, y tras trabajar en empresas "de garaje" consiguió fama mundial con Quake, Wolfenstein y Doom junto a John Carmack, Adrian Carmack y Tom Hall en los 90, ha visto llover mucho en la industria.

Pero la situación que ocurre actualmente no ha tenido precedentes. Parece que no hay empresa de videojuegos (al menos, norteamericana y europea) que no esté en una profunda crisis, necesitando urgentemente recortar costes, cancelar juegos y despedir personas para seguir a flote.

¿Hay solución a esta crisis sin precedentes en la industria de los videojuegos?

Si hace unos meses hablábamos sin parar de que 2023 ha sido "uno de los mejores años de la historia de los videojuegos", ahora toca pensar qué ocurrirá en 2025, 2026, 2027... ¿Puede mantenerse este ritmo de juegos, muchos de ellos con presupuestos multimillonarios, si las empresas están cerrando o diezmando su fuerza laboral?

La respuesta nos la puede dar Embracer Group, quizás la compañía más odiada del mundo de los videojuegos, con un ejemplo práctico. 

Tras la pandemia, creció e invirtió sin parar, absorbiendo estudios y publishers pequeños y medianos por docenas, para convertirse en un holding mayor aún que Ubisoft (la empresa europea de videojuegos europea más grande).

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En mayo de 2023, todo se quebró porque un solo acuerdo de inversión con un fondo saudí, que iba a darles 2 mil millones de dólares, se cayó en el último minuto. Sin ese dinero, han despedido a miles de personas y cerrado o vendido empresas que prácticamente acababan de comprar, como Gearbox o Saber Interactive (que autofinanció su compra para hacerse independientes).

Comprar y comprar, invertir e invertir, gastar y gastar en 2020 y 2021, los años en los que más personas que nunca consumieron videojuegos por la pandemia... solo para que, cuando vuelve la normalidad, se caiga el castillo de naipes.

La industria de los videojuegos tiene un futuro incierto. No van a dejar de salir grandes juegos, pero cada vez hay menos gente que pueda hacerlos... porque simplemente, el mercado se ha gestionado tan catastróficamente mal que les ha expulsado. Y costará hacer hueco de nuevo.

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