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¿Quién ganó los Óscar hace cuatro años? Cada vez olvidamos antes a los premiados... y lo que vemos

Green Book

La victoria de Todo a la vez en todas partes en los Premios Óscar 2023 parece romper la maldición: la mayoría de películas que reciben el premio se olvidan muy rápido. ¿Pero de quién es la culpa?

Casi todos los años se reabre un debate sobre los premios Óscar significan realmente algo si, pese a ganar el premio a Mejor Película, estas se desvanecen de la memoria colectiva. "Ha ganado el Óscar pero nadie se va a acordar dentro de un año" es un reproche que se repite habitualmente en los premios. ¿Tienen razón?

Hagamos la prueba: ¿recuerdas qué película ganó en los Oscars 2022, la edición de películas de 2021? ¿Podrías citar al menos tres de las otras nominadas aquel año?

Hace solo doce meses, CODA se alzaba con el premio a Mejor Película, muy disputado por El Poder del Perro, de Jane Campion. Otras vencedoras de aquella noche fueron Dune, que ganó casi todos los premios técnicos, o El Método Williams, sobre todo recordada por ser la película que le dio el Oscar a Will Smith en su noche más “viral”.

CODA Señales del corazón
Diamond Films

¿Y el año anterior? ¿Recuerdas qué otras películas había el año de Nomadland? ¿Y el año en el que parecía que iba a arrasar Roma… que lo ganó Green Book? ¿Se acordaría alguien de Moonlight si no fuera por la anécdota del sobre equivocado con La La Land?

Llevamos una tendencia en la que, irónicamente, las películas más recientes que ganan el Óscar, supuestamente certificadas como "las películas del año" de forma democrática, parecen olvidarse con mucha más rapidez.

¿Es un problema de las películas, que no son lo suficientemente memorables? ¿Del público, que está saturado de estrenos? ¿O de los académicos por elegir mal?

Los Óscar se hunden en espectadores, aunque hay brotes verdes

Los premios de la Academia no han pasado por sus mejores años últimamente. Los datos de audiencia en la cadena ABC vienen menguando preocupantemente desde los últimos años: todos los años han ido en descenso.

El récord fueron 55,3 millones de 1998 (año de Titanic). Pero no hace ni diez años teníamos 43,6 millones en 2014 (12 años de esclavitud vs. Gravity), bajando a los 33 millones de 2017 (Moonlight vs. La La Land), los 23,6 millones de 2020 (Parásitos vs. 1917), al récord “negativo” de 10,5 millones de espectadores en 2021 (Nomadland).

Nomadland

La Academia lo atribuía a problemas de ritmo y duración de la ceremonia, de ahí que en 2022 eliminaran un único presentador y entregaran ocho premios fuera de la gala, dos medidas que fueron (particularmente la segunda, y por razones creo que obvias) fuertemente criticadas.

En 2023 volvieron a tener una gala “tradicional”, con un solo presentador, un poco memorable pero correcto Jimmy Kimmel, y entregando todos los premios en una gala que se extendió duró más que Avatar 2. ¿Tuvo resultado? 

La edición de 2022 (CODA) aumentó a los 16,6 millones de espectadores, y la recién edición de 2023 (Todo a la vez en todas partes), según datos de Nielsen provisionales, volvió a aumentar hasta los 18,7 millones de espectadores (compitiendo en la tele americana con los 8,2 millones de espectadores que vieron el final de The Last of Us a la misma hora en HBO).

Hay brotes verdes, pero se antojan insuficientes para una gala de la que se esperaba más, donde, por primera vez en la historia, las dos películas más taquilleras del año compiten por el Óscar a Mejor Película.

¿De quién es el problema: de la Academia, de las películas... o nuestro?

Los espectadores están perdiendo el interés por las películas que ganan Óscars, pero el problema quizás no sea de la Academia por hacer galas aburridas (creo que es científicamente imposible no hacerlas aburridas), ni siquiera de la calidad de las películas en sí, sino nuestro: cada vez es más difícil sorprendernos. Y la culpa es nuestra.

Creo que, entre muchas personas que desprecian a las películas oscarizadas recientes coinciden dos factores: la insatisfacción por el cine actual con la idealización nostálgica de los clásicos del pasado

Se junta el hambre con las ganas de comer: idealizamos las películas, de cualquier época, que nos educaron, y a la vez rechazamos lo nuevo que nos dan, generando una espiral de negatividad sin mucho sentido

Crash

Al fin y al cabo, hay un punto de incoherencia en todo el argumento: solamente con la acción de decir que son olvidables ya te estás acordando de ellas

Es la ironía que acompaña las habituales listas de las peores películas ganadoras de un Oscar donde encontramos ejemplos como Crash, Paseando a Miss Daisy o Shakespeare in Love, que precisamente son recordadas por el hecho de haber ganado un Oscar.

A ello hay que añadir la propia subjetividad que implica la acción de "acordarse", y un último factor fundamental: la imposibilidad de predecir el futuro.

Todo a la vez en todas partes - Piedra

La gala de este año, por primera vez, ha tenido una ganadora clara: Todo a la vez en todas partes. No solo gana los dos grandes, Mejor Película y Dirección, algo cada vez más infrecuente, también arrasa en casi todas las categorías más importantes (Guion, Montaje y tres de sus intérpretes). 

Pese a la fuerte competencia, incluyendo un blockbuster como Top Gun: Maverick al que todos ensalzan como el salvador del cine (parece que nos olvidamos que Marvel ya tuvo un taquillazo que ganó aún más dinero seis meses antes), Todo a la vez en todas partes fue la ganadora más clara desde Slumdog Millionaire en 2008.

En contraste con el desprecio que se le suele hacer a las anteriores ganadoras del Oscar de esta década, Todo a la vez en todas partes está recibiendo aclamación casi unánime. Incluso mucha gente que "no le pareció para tanto" parece estar conforme con su victoria, por ser una película tan rompedora y "antiOscars".

El mismo jurado popular que decidió que CODA, Nomadland o Green Book, o Spotlight, o El Discurso del Rey, o Crash (la mala) serán borradas de la historia, decide también que Todo a la vez en todas partes será recordada durante generaciones como un clásico del cine. 

Probablemente acierten, y EEAAO ascienda al panteón junto a Mad Max: Fury Road, junto a La La Land, junto a La Red Social, junto a Brokeback Mountain. O junto a Parásitos, aunque esa sí ganase. Pero no será ahora, ni seremos nosotros, cuando se decida qué películas merece la pena ser recordadas para la posteridad.

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