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Starfield no es el primero: este fue el juego exclusivo que unió a Bethesda y Microsoft hace más de 20 años

Starfield

Starfield es el primer gran exclusivo de Bethesda y Microsoft... aunque hace más de 20 años se lanzó un juego que pronosticaba lo que acabaría siendo una relación muy especial entre ambas compañías. Hoy repasamos la historia de ese título.

El lanzamiento de Starfield tiene a cantidad de jugadores en vilo. Aunque ya está disponible en acceso anticipado, el próximo 6 de septiembre Bethesda regresa de manera oficial con toda la caballería a Xbox Series X|S y PC (también en Xbox Game Pass) y las ganas de embarcarnos en esta aventura espacial se notan.

Los astros se han alineado para muchos y Starfield ha aterrizado como el primer gran exclusivo de Microsoft tras la compra de Zenimax y Bethesda. Sí, antes ha habido otros títulos como Hi-Fi Rush o Redfall, pero el regreso de los creadores de Fallout o The Elder Scrolls, con Todd Howard al frente, juega en ligas superiores.

La condición de exclusivo ha hecho que muchas más miradas recaigan sobre él, pero Starfield no es el primer gran título de Bethesda que se lanza en una única consola. Hace más de 20 años ya se comenzó a fraguar una relación que culminaría con la adquisición de la empresa de Maryland.

Hoy os contamos la historia de The Elder Scrolls III: Morrowind, un juego que hizo que Bethesda Softworks se proyectara hacia las estrellas mucho antes de Starfield y que marcó una nueva etapa entre la desarrolladora y Microsoft.

The Elder Scrolls III: Morrowind marcó el despertar de Bethesda

Los inicios de Bethesda se remontan a 1986, cuando Christopher Weaver fundó la compañía en la ciudad homónima de Estados Unidos. Durante los primeros años en activo, los videojuegos deportivos fueron su especialidad, pero su historia cambiaría para siempre en 1994.

Ese año supondría el origen de The Elder Scrolls, una de las sagas más legendarias de la historia de los videojuegos. The Elder Scrolls Arena llegaba como una nueva propuesta de rol para PC a la que le seguiría, dos años después, el ambicioso y también problemático The Elder Scrolls II Daggerfall.

La saga progresó poco a poco durante esos años, pero la siguiente entrega se hizo esperar. En 1999 Bethesda se convirtió en filial de Zenimax Media y los fans tuvieron que aguardar hasta 2002 para poder ver The Elder Scrolls III: Morrowind.

The Elder Scrolls III Morrowind

Los dunmer unieron a Microsoft y Bethesda

Bethesda sabía que el mercado de rol estaba en PC, pero Microsoft contactó con la compañía durante el desarrollo de esta tercera entrega. A la par que se producía la unión con Zenimax Media, el gigante tecnológico trabajaba en su primera consola.

Los de Redmond empezaron su ronda de contactos y uno de sus objetivos fue Bethesda. Los verdes querían The Elder Scrolls III: Morrowind en Xbox. De hecho, en su carta publicada en 2020 tras revelarse la adquisición de Bethesda por parte de Microsoft, Todd Howard comentaba este momento:

"Dudaba que Xbox Morrowind valdría la pena, un poco a nivel técnico, pero más aún si tomamos un juego de rol intenso y lo trasladamos de una experiencia de PC de escritorio a una experiencia de mando y sofá. Si lo hiciéramos funcionar, ¿la gente lo querría?".

Las dudas del directivo eran lógicas, pero el proyecto siguió adelante como una apuesta conjunta entre ambas partes. Howard veía como Morrowind en Xbox podría hacer llegar una nueva masa de jugadores a la saga.

"Microsoft y su nuevo equipo de Xbox tenían una opinión que yo compartí plenamente. ¿No deberíamos permitir que cualquiera tenga esta experiencia? ¿Por qué importa dónde está la pantalla o cuál es el mando? Hay muchas personas sin el mismo acceso y se lo podemos acercar".

 

TES III Morrowind llegó a Xbox y PC en 2002 obviando a PlayStation 2 (la consola más vendida de la historia) y no tardaría mucho en convertirse en uno de los juegos más populares de la plataforma equiparándose en ventas a todo un referente como era Halo.

El juego fue un absoluto éxito de crítica. En un momento en donde el rol de acción y aventura occidental estaba dominado por los aclamados Diablo II o Baldur's Gate II, Morrowind nos trajo esa perspectiva en primera persona de la saga aderezada con un mundo gigantesco.

La libertad propuesta con esta entrega no se había visto antes. La tierra de los elfos oscuros marcó a una generación y se convirtió en un icono de la saga que hemos podido visitar de nuevo en expansiones de The Elder Scrolls Online como Morrowind o Necrom.

Con 4 millones de copias vendidas, el juego hizo que Bethesda saltara al estrellato y comenzara su etapa más dulce continuando con TES IV Oblivion, la compra de los derechos de Fallout a Interplay Productions y, finalmente, con el megatón sideral que supuso The Elder Scrolls V: Skyrim.

 

La positiva experiencia que tuvieron ambas compañías con Morrowind se trasladaría a la siguiente generación, en donde Xbox 360 fraguó un excelente catálogo con títulos como Oblivion (qué llegaría un año después a PS3) o el recordado Fallout New Vegas (de Obsidian esta vez).

Durante esta generación, títulos de Bethesda como Fallout 3 llegaron mejor optimizados a Xbox 360, algunos todavía recuerdan el bug de partida guardada que se daba en PlayStation 3. 

Así que sí, Microsoft pudo haber sacado la billetera con la compra de Zenimax Media hace unos años, pero su decisión no fue un mero capricho. La relación que ha mantenido unidas a ambas compañías es realmente extensa.

El destino es caprichoso a veces, pero que Starfield sea ahora un exclusivo de Xbox Series X|S en consola se debe, en parte, al gran resultado que dio The Elder Scrolls III: Morrowind, juego que establecería en el mapa a la Bethesda que todos conocemos hoy en día. 

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