El género "cine de terror" incluye en su definición toda clase de subgéneros con muchas diferencias: psicológico, gore, monstruos, slasher, vampiros... ¿Y elevated horror?
La clasificación del cine en géneros es una convención que todos aceptamos socialmente, pero cuando lo piensas detenidamente descubres sus limitaciones. ¿Comedia es toda película que te haga reír? ¿Todas las películas de animación en el mismo saco? ¿Cuántos puñetazos o persecuciones hacen falta para que una película sea de acción y no drama?
Con el terror pasa lo mismo: si una comedia es una película que te hace reír, una película de terror es una película que te da miedo. Podemos tomarnos eso como un punto de partida muy, muy limitado, pero el terror es mucho más que eso.
De los cinco o seis géneros "principales" como drama o comedia, quizás el terror es el más específico al buscar generar en el espectador sensaciones que van más allá del simple entretenimiento: angustia, miedo, tensión, incomodidad, asco o incluso diversión con risas "nerviosas".
Esto hace que estudiar los subgéneros de terror y cuáles son y ha habido a lo largo de la Historia del cine sea tan fascinante, y algo inabarcable en un solo reportaje, con la dificultad extra de que son muy escurridizos: rara vez hay una peli de subgénero puro, sino que permean unos con otros, generalmente de forma intencionada para buscar la sorpresa del espectador y ofrecer algo nuevo y fresco.
Por eso hemos resumido los subgéneros de terror que consideramos más importantes, por su popularidad hoy día o por su importancia histórica. Apagad las luces y poneos cómodos.
Slasher o películas de asesinos
Uno de los subgéneros de terror más populares es el denominado "slasher", o sea, las películas de asesinos en serie, pero visto desde el punto de vista principalmente de sus víctimas, o potenciales víctimas. Se suele considerar que Psicosis de Alfred Hitchcock y los thrillers italianos "giallo" son el origen del género en los años 60.
Aunque los asesinos en serie son un tema muy recurrente para los thrillers policiales, se suele considerar el slasher prototípico la película con el grupo de amigos (habitualmente muy joven y con las hormonas desatadas) que está siendo acechado por un asesino truculento, y van cayendo uno a uno.
En los 70 y los 80 el género tuvo su apogeo con La Matanza de Texas, Halloween, Viernes 13 y ya entrando en los 90, Scream, quizás la más representativa, y más recientemente X (Ti West, 2022).
Muchas de estas películas iniciaron sagas que han sido reiniciadas en nuestros días, como Scream de 2022, que juega con la metanarrativa (y la comedia) para, de alguna forma, subvertir los tópicos del género y sorprende de nuevo al espectador.
Cine de monstruos
Los monstruos han fascinado a los espectadores del cine desde sus inicios. La productora Universal fue conocida por sus películas de "monstruos clásicos" en los años 20 y 30, muchas veces tirando de la literatura: Frankenstein, Drácula, La momia, El Fantasma de la ópera, o Creature from the Black Lagoon.
También King Kong (1933) y Godzilla (1954) se consideran películas de terror, particularmente la primera película del kaiju japonés, en un blanco y negro y una música que pone los pelos de punta. Pero con el tiempo, los monstruos dejaron de dar miedo y se quedaron en la serie B o a las películas de aventuras con stop motion de Ray Harryhausen.
Aunque los monstruos vuelven a estar de moda, pocas películas son de terror puro. Las obras maestras de Steven Spielberg y Ridley Scott de los 70, Tiburón y Alien, renovaron el interés del público por humanos acechados por criaturas (particularmente imitadores de Jaws, ya sea con Pirañas, Anacondas...)
Otros buenos ejemplos, aunque tanteen con el cine de aventuras, son Temblores (1988), Parque Jurásico (1933), The Host (2008) La Niebla (2007), Monstruoso (2008) o Un Lugar Tranquilo (2018).
Pero la palabra monstruo es muy amplia. Por ejemplo, ¿son los animales monstruos?. "Para un canario, un gato es un monstruo", como decía Henry Wu en Jurassic World. ¿Es Tiburón un monstruo? Si es así, ¿Los Pájaros de Hitchcock se puede considerar película de monstruos? También lo sería Serpientes en el avión (y que también hibridaría con la comedia).
Y aunque técnicamente son películas de monstruos, por su importancia y significado, las películas de zombies y vampiros merecen un subgénero propio.
Cine de vampiros
Desde Nosferatu (1922), el Drácula (1931) de Bela Lugosi, al Dracula (1958) de Christopher Lee y el Bram Stokers's Dracula (1992) de Gary Oldman y Coppola, los vampiros han visitado el celuloide en innumerables ocasiones.
No obstante, los vampiros son unas criaturas fascinantes, y más allá de las adaptaciones de la novela de 1897 de Bram Stoker, los vampiros suelen interesar más al mirarlos desde otro prisma, dejando el terror en segundo plano.
Entrevista con el Vampiro, la adaptación de la novela de Anne Rice de 1994, con Tom Cruise y Brad Pitt explora la psicología de sus vampiros en un drama romántico. Para toda una generación, la saga Crepúsculo renovó el interés por los vampiros.
La figura del cazador de vampiros Van Helsing, también de la novela de Stoker, es más popular recientemente que el propio Drácula, tanto por adaptaciones como la de 2004 como por reinvenciones como Buffy Cazavampiros.
Recientemente, la película y serie de Taika Waititi Lo que hacemos en las sombras lleva a los vampiros al terreno de la comedia.
Cine de zombies
Netflix
Aunque la primera película de zombies se considera que es White Zombie (1932) y sale de la época de los monstruos de la Universal, con Bela Lugosi, fue George A. Romero en La Noche de los Muertos Vivientes (1968) cuando se instauró la imagen que hoy tenemos de los zombies, y que sigue fascinando hoy día.
Reinterpretaciones modernas como The Walking Dead siguen demostrando que los zombies pueden dar miedo, pocas son las películas o series que tratan los zombies sin darle un giro, hacia la comedia (Zombieland) o a la acción (El Ejército de los Muertos).
Mención aparte, eso sí, merece la saga Rec, creada por Jaume Balagueró y Paco Plaza, que usando la técnica de found footage (un subgénero en sí mismo) sorprendieron al público español y de todo el mundo con una pelícila de zombies memorable y verdaderamente terrorífica.
Cine paranormal
El tercer "pilar" de una película de terror prototípica (alguien atormenta a los protagonistas) es lo paranormal. Si no es un asesino ni un monstruos/animal/zombie/vampiro... entonces es algo incorpóreo, misterioso, paranormal. Fantasmas, demonios, posesiones, espiritualismo y mucho más, incluso lo extraterrestre como en Señales.
Poltergeist (1982), de Tobe Hooper, y según cuentan dirigida en las sombras por Steven Spielbergs; y El Exorcista (1973) de William Friedkin son ejemplos claro de película de terror paranormal: cuando no sabes el origen del mal, el impacto puede ser mucho mayor.
Recientemente, ha habido un resurgimiento de este tipo de películas gracias al enorme éxito de El Proyecto de la Bruja de Blair (con el mencionado uso sel found footage) y las sagas de Paranormal Activity o Expediente Warren.
Cine gore o splatter
Uno de los subgéneros del cine de terror, que también se adscribe al cine exploitation, es el llamado splatter o cine gore. El objetivo de estas películas, más que producir terror o tensión en el espectador, es sorprenderlo, incomodarlo y, en cierta forma, alimentar su morbo con las representaciones de violencia, dolor y tortura más gráficas y grotescas posibles.
El término splatter fue creado por el mencionado George A. Romero en sus películas de zombies, monstruos muy dados al gore al devorar a sus presas. Desde los años 60, con películas como Blood Feast, se ha ido cultivando este género, muchas veces en circuitos "underground" por su polémica naturaleza.
Algunas de las películas más reconocidas de este subgénero son Holocausto Caníbal (1980) o la saga Saw, el Ciempiés Humano o la saga Hostel de Eli Roth, denominada por algunos críticos como "porno de tortura".
Otros directores, sin embargo, se lo han querido llevar al terreno de la comedia, con películas más "ligeras" que a su vez permiten aumentar la exageación del gore. Buenos ejemplos son las creativas películas de Peter Jackson (Brainded) y Sam Raimi (Evil Dead).
Terror psicológico
¿Qué es el terror psicológico? Generalmente, entendemos como terror psicológico películas que no dependen de un monstruo, zombie, asesino o entidad paranormal, sino que desarrolla emociones y reacciones psicológicas como la angustia, la paranoia y obsesiones enfermedades mentales, alucinaciones, fobias...
Son películas que, por lo general, resultan más familiares al espectador, y a veces consiguen inquietar mucho más sin necesidad de violencia gráfica o sustos, usando la puesta en escena, la atmósfera y las interpretaciones. Uno de los ejemplos más ingeniosos es Buried de Rodrigo Cortés, de Ryan Reynolds.
Se suele considerar Psicosis de Hitchcock (aunque entre dentro del cine de asesinos) como uno de los ejemplos más claros, junto a La Semilla del Diablo de Roman Polanski (1968), El Resplandor de Stanley Kubrick (1980), The Ring de Hideo Nakata (1998) o incluso El Silencio de los Corderos (Jonathan Demme, 1991).
Rara vez, sin embargo, encontramos una película que se enorgullezca de alcanzar el status de "terror psicológico" sin partir de alguno de los géneros anteriores, aunque sea tomar prestados elementos: It Follows (2015) y Última Noche en el Soho (2021) parten de lo paranormal.
¿Y no son las películas de Jordan Peele, Get Out (2017) y Nosotros (2019) en esencia películas de asesinos?
¿Existe el terror elevado?
Recientemente se ha extendido la expresión "elevated horror" o "terror elevado", un término muy polémico que algunos usan para señalar películas de terror que se salen de la norma y que se situaría incluso por encima del terror psicológico.
Ejemplos recientes son las de Ari Aster (Hereditary en 2018, Midsommar en 2019), que intencionadamente evitaba llamar a sus películas "de terror", o Robert Eggers (La Bruja en 2015, El Faro en 2020).
Para muchos fans, este término es elitista y una falta de respeto a todo el cine de terror que ha venido antes y que vendrá después, que no tiene miedo a reconocerse como una película de terror y adscribirse firmemente a uno o varios de los subgéneros clásicos, sin que eso sea un impedimento para tratar temáticas sociales, ser particularmente ingeniosas en su puesta en escena o jugar con la comedia, el drama y la tensión, o todo a la vez.
Descubre más sobre Javier Escribano, autor/a de este artículo.
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